Para Ben el futuro pintaba negro, igual que su piel, lo que en los barrios humildes del Detroit de los años 50 no le daba muchas oportunidades para avanzar en la vida.

Peor se puso la cosa cuando su madre se quedó viuda, a cargo de varios niños, sin formación ni experiencia y tuvo que compaginar varios trabajos para alimentar a la familia. Las malas compañías de Ben tampoco ayudaban a su progreso y sus resultados académicos eran de lo peor de la clase.

Un día su madre tomó una decisión que lo cambiaría todo:

Obligó a sus hijos a dejar de ver tanta televisión y acudir a la biblioteca pública para aprovechar su tiempo leyendo. Ben descubrió que le gustaba indagar sobre todo en los libros de ciencias y se pasaba horas leyéndolos.

Aunque seguía siendo mal estudiante eso no fue obstáculo para que, un motivado profesor de ciencias, descubriera en él las pequeñas mejoras que los libros iban dándole. Le animaba a aprovechar su nueva afición. Pero Ben sólo se veía como uno más de los chicos negros sin futuro del barrio. Seguía viéndose como el “tonto de clase” y así se comportaba.

Un día este profesor trajo un pedrusco a clase. Lo mostró y preguntó si alguien sabía qué era aquello. Sólo Ben lo sabía, lo había visto en esos libros que tanto le gustaban, pero no se atrevía a contestar: total nunca sabía las respuestas, total no era lo esperable, total no le iban a escuchar…Pero el profesor insistía y Ben,  al ver que nadie sabía lo que para él era obvio, levantó la mano:

“Obsidiana”.

«¡Correcto, Ben!. ¿Y qué sabes de este mineral?»

Y Ben explicó, contra todo pronóstico, una lista de características y propiedades de aquella piedra que el resto ni conocía.

Empezó a ser valorado, escuchado, considerado por el grupo.

Pero sobre todo empezó a sentirse capaz, y a creer que podía estudiar. Y vaya si lo hizo.

En 1987 Ben, entonces ya el doctor Ben Carson, realizaba con éxito  la primera operación de separación de cráneo de gemelos siameses. Una complejísima intervención de 22 horas  en la que intervinieron 70 profesionales. Fue la primera vez que se lograba la supervivencia de los niños.

Se convirtió en el mejor neurocirujano infantil de la historia.

Una historia real, con personajes de carne y hueso que nos ayuda a valorar el poder que tuvo aquel profesor para impactar profundamente en Ben: el mismo que tiene un buen líder en el crecimiento de su equipo.

Saber ver más allá de lo que “aparentemente” puede hacer una persona es quizás la mayor de las cualidades de quien  lidera un grupo. ¿Reconocerías a algún Ben en el tuyo?

Ya hace mucho tiempo que entendimos que liderar no es “mandar”, “dirigir”, “empujar”,…Liderar tiene más que ver con “descubrir”.

¿Tienes lo que hay que tener para empezar a liderar así?

Lo primero que hay que tener, lo primero que necesitarás entrenar es: “la escucha activa”. Atiende  a lo que te dice cada persona de tu equipo, pero sobre todo a lo que no te dice.

Pon el foco en palabras que no están en sus frases, en gestos que expresan mensajes que no han sido enunciados, fíjate en cómo brillan sus ojos con determinadas tareas y retos, siente la diferente vibración que desprenden según el proyecto o rol que les toca hacer.

Escuchar activamente no es «oír al otro».

Implica mucho más:

·   Evita estar haciendo otras tareas, por sencillas que sean.

·   Evita ruidos externos que te distraigan y “ruidos internos” (pensamientos) que te despisten

·   Escucha sin juicio: atiende a lo que te llega sin valorar mentalmente lo bueno o lo malo que te resulta, sólo atiende a lo que te llega.

·   Hazle saber que le estás escuchando: usa gestos como asentir; refleja la emoción que transmite (que se note que estás notando su preocupación o su ilusión); hazle preguntas pertinentes que demuestren tu interés por saber más de eso que te está contando.

Básicamente se trata de escuchar y de hacer sentir a la otra persona que está siendo escuchada.

Te propongo un reto.

Elige a una persona de tu entorno equipo, practica la escucha activa durante dos semanas y toma conciencia de qué sucede, de cómo la ves después, de qué ha cambiado.

Ten lo que hay que tener. Entrena la escucha para ver lo que nadie más ha visto…hasta ahora.