Lo del trabajo para toda la vida ya hace tiempo que no lo consideramos como opción. Bien porque la empresa decide, bien porque decides tú. Lo mismo con el puesto, la mesa, el ordenador y hasta tu superior jerárquico: en cualquier momento las cosas pueden cambiar.
De hecho en muchos sectores se espera justo eso, que cambien. Que puestos, personas y proyectos se adapten a la realidad de cada momento.
Los cambios pueden ser mejor o peor recibidos, pueden motivarnos o descolocarnos. Para unas personas serán lo deseado y para otras lo molesto. Pero son una realidad con la que debemos aprender a convivir.
¿Pero qué pasa cuando el cambio nos ha sorprendido, sacudido y no sabemos cómo manejarlo?
Te propongo un viaje, un recorrido para que revises qué te está pasando, para que resuelvas una vía, un plan de acción para aprovechar lo bueno del cambio y afrontar los “daños colaterales”.
Te propongo un viaje para entrenar tu capacidad de adaptación.
Vamos a jugar con la potencia de las metáforas, las grandes aliadas del coaching. Te sonará a juego de niños o cuento teatral pero, créeme, si sigues los pasos, si te atreves a ser y sentir como cada uno de los personajes de esta historia, las emociones e ideas que irás encontrando van a abrirte nuevas vías de acción.
Lo primero es asegurarte de que estás en un sitio adecuado, libre de distracciones, el sitio que necesitarías para meditar o pensar cosas importantes. Te voy a invitar a que vayas asumiendo distintos roles así que respira hondo y vamos allá.
Paso 1: Dale forma a ese cambio, ese suceso que ha llegado sin avisar y que te tiene fuera de juego. Te propongo que sea un Dragón por seguir los personajes de la dinámica original. Observa su tamaño, su forma, fíjate cómo te hace sentir.
Paso 2: Imagina ahora que eres un Niño que se enfrenta a ese Dragón, a ese cambio. Fíjate en qué cosas buenas y no tan buenas tiene ser ese personaje. ¿Qué puede haber de bueno en la inocencia de no esperar el cambio, en la capacidad de dejarse sorprender, de vivir confiado? Y por otro lado ¿qué has podido perder por esa inocencia?
(Anota mentalmente lo que te haya llegado, respira hondo, sal de ese personaje agitando tus brazos si hace falta y a por el siguiente)
Paso 3: Toma ahora la personalidad de un Huérfano. ¿Qué tiene de bueno ser capaz de salir adelante solo, de tener la autonomía que da la soledad? Y también ¿Qué puede complicarte asumir el cambio como un huérfano, estando solo?
(Ídem que con el paso anterior. Sal del personaje y métete en el siguiente)
Paso 4: Mira ahora al Dragón siendo tú un Vagabundo. ¿Cómo es estar delante de ese cambio siendo alguien que no se ata a los sitios, que si las cosas se complican coge su mochila y se marcha, que no tiene que dar explicaciones a nadie, pero también que no se compromete con nada ni nadie? ¿Qué hay de ese vagabundo en ti?
Paso 5: Obsérvate ahora como Mártir. ¿Qué hay de autocompasión e indignación en ti frente a ese Dragón? Por otro lado ¿Qué hay de grandeza en tener un corazón para ser roto, como dicen los budistas?
Paso 6: Sé ahora el Guerrero que se enfrenta al Dragón. Fíjate en qué hay de lucha por tus ideales y tus sueños cuando te pones delante de ese Dragón del cambio. Pero también qué te empuja a la violencia frente a ese obstáculo.
Paso 7: Y llegó el paso final, el que recoge todo el ejercicio y te lleva a darle sentido. Vístete de Sabio. Eres aquí alguien que es capaz de superar al Dragón: venciéndole o aceptándolo y yendo más allá, sacando lo mejor de ese cambio. Siendo Sabio puedes ver todo con perspectiva y con capacidad para aprender de lo bueno y lo malo del cambio, de lo positivo y lo negativo de ser cada personaje.
Paso “+ 1”: Has hecho un viaje largo. ¿Con qué personaje te has identificado más? Vuelve a vestirte de él y pregúntate:
“¿Qué puedo hacer para acercarme desde aquí un poco más al Sabio?”
¡Y voila, viaje finalizado!.
Si has sido capaz de pasar por todos los roles y de “escuchar” esa frase final seguro que encontrarás el camino para empezar a domesticar al Dragón. Y si no, como mínimo, habrás conseguido ver al Dragón desde otro lado. Y ya sabemos que, desde otro punto de vista es más probable encontrar nuevas opciones para avanzar.
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