No hace mucho leía la anécdota sobre un entrenador de futbol que consiguió cambiar de un plumazo el miedo de sus jugadores a morir en un avión…tan solo con una frase.

Parece ser que el vuelo se había complicado mucho. Las condiciones meteorológicas habían empeorado hasta un punto que hacían temer, seriamente,  que el avión iba a caer en cualquier momento.

El pánico iba creciendo en las mentes y en las caras de cada jugador. La situación iba a peor y nada de lo que dijera el personal de cabina conseguía calmarles. Las fuertes sacudidas hacían perder credibilidad a las palabras del piloto. El futuro inmediato parecía evidente: ¡estaban viviendo el último día de sus vidas!.

Y entonces el entrenador gritó con energía: “¡Mañana entrenamiento a las 10!”

Y dibujó una realidad nueva en la mente de esos jugadores: si hay un mañana, hoy no es el último día, hoy no puede estrellarse el avión porque mañana tengo entrenamiento.

El avión siguió sufriendo las mismas sacudidas pero la percepción del equipo no era, sorprendentemente, la misma.

El vuelo acabó bien.

Esta historia puede ser un perfecto ejemplo para aquello que defiende Rafael Echeverría (representante del coaching ontológico y defensor de que el lenguaje es acción):

 

“Al hablar creamos realidades. Al decir lo que decimos, de un modo y no de otro, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y, muchas veces, para otros. Cuando hablamos modelamos el futuro, el nuestro y el de los demás.”

 

Liderar equipos conlleva ayudarles a ver con perspectiva, a poner el foco en lo que les mueve en vez de lo que les frena,  fijarse en los objetivos antes que en los problemas. Liderar no es ejecutar, no es hacer esas tareas que tu equipo no consigue acabar para que el resultado sea el esperado.

Liderar es saber ver lo que aún no ve tu equipo de sí mismo, saber mostrárselo, saber comunicárselo. En otra palabras : es dibujarles una realidad que les impulse.

Pero ojo, que el líder no sólo comunica hablando. Su lenguaje no verbal, como en cualquier discurso, transmite tanto o más que sus palabras.

Como dice Alex Rovira al hablar de liderazgo y comunicación:

“Son nuestras acciones las que determinan el mensaje”

O como dice mi madre: “Tus hijos harán lo que tu hagas, no lo que tú digas.”

¿Qué realidad quieres dibujar para tu equipo?